Ha llegado tu turno. El destino, la vida, el cosmos o como quieras llamarlo, ha querido que éste sea tu momento. Que saques todo tu potencial y dejes aflorar la verdadera pasión que sientes bien adentro. Esa que cada noche, justo antes de dormir, te lleva a imaginarte disfrutando de una vida totalmente nueva. Esa que hace que te veas siendo dueño de tu propio destino, asombrando al mundo con tu talento, aunque durante mucho tiempo lo hayas mantenido oculto.
Valores
¿Y si el dinero no importara?
Hace días que va rodando con fuerza por la red un vídeo de esos que aparecen cada tanto y nos invitan a soñar despiertos, nos remueven, nos cuestionan más que nos solucionan. Uno de esos que nos hace replantearnos la realidad, o lo poco que va quedando de ella. El vídeo, se basa en un pequeño discurso de Alan Watts en el que muestra su visión acerca de una de las cuestiones más profundas a la que un ser humano debe dar respuesta durante su devenir en este mundo: ¿A qué dedico mi tiempo, mi esfuerzo, mis días…mi vida? ¿Qué haría si realmente el dinero no fuese el propósito? Tal vez porque la situación actual empuje a una movilización global de conciencias, o tal vez porque estamos ciertamente en una suerte de despertar a nivel cada vez más consciente, lo cierto es que últimamente van apareciendo más y más voces que vienen a hacernos replantear el status-quo y a invitarnos a reflexionar en aras de un cambio profundo y transformador.
De la zona de confort, a la zona de emoción
Siempre se ha dicho que el ser humano es un animal de costumbres. Que es más fácil destruir cien hábitos que crear uno nuevo. Que las manías no las curan los médicos. Que somos los únicos capaces de tropezar dos veces con la misma piedra. Y seguramente es cierto. Sin embargo, lo que no se suele escuchar tanto a pesar de que tiene la misma relevancia que la sentencia anterior es que, además de ser animal de costumbres, el ser humano es animal de fácil «acostumbre» y eso, en los tiempos en los que nos ha tocado vivir, puede ser un verdadero peligro.
El ‘fracáxito’ de tu vida
Ponerte a comparar la situación de tu entorno con la de otro, no es un ejercicio recomendable e incluso puede resultar dañino, si por «tu entorno» debe entenderse «España» y si la situación a comparar es todo aquello relacionado con emprender. Y no es sólo que quienes nos dirigen o pastorean (creo que este término es cada vez más acertado y fiel a la realidad que vivimos) no estén siendo capaces de comprender que nos encontramos en un nuevo entorno con unas nuevas reglas de juego y un escenario futuro que en nada se asemejará al que nos rodeaba antes del gran maremoto en el que todavía nos hallamos inmersos, no. Tampoco es que esos mismos que dijeron digo y ahora dicen Diego tengan toda la responsabilidad, aunque sí su mayor parte. Pero la triste realidad es que, conforme pasan los días, España va dando otro paso atrás en relación a su capacidad para poder competir en el nuevo marco que ya rige y regirá los entresijos de las relaciones económicas, laborales, sociales y culturales de un futuro cada vez más presente. Read more
La travesía del desierto del emprendedor
Todo ocurre por algo. Cuatro palabras que en apariencia dicen poco, pero que sólo los que las padecen saben que esconden un enigma poderoso. Un misterio que nos mueve de la desesperación absoluta hasta la serenidad aparente cuando logramos comprender que incluso lo presumiblemente más aleatorio responde a una ley tan simple como inequívoca: toda causa tiene su efecto y todo efecto proviene de una causa. Corren tiempos complejos, en los que si algo brilla por su ausencia son las certezas y, por el contrario, nadamos entre ríos de inseguridades y la inestabilidad se apodera de nuestro quehacer cotidiano en el plano profesional y personal. Lo que antes sirvió, hoy se traduce en esfuerzo inútil, mientras surgen nuevos retos que solventar a diario. Sin embargo hay lugar para la esperanza, espacio para la creación y determinación por cambiar las normas. Sólo es cuestión de volver a las cuatro palabras del principio: «Todo ocurre por algo». Pero… ¿por qué?
Es tiempo de crear
El ser humano posee una característica que lo hace único y le otorga una capacidad que le aproxima lo máximo posible al mundo de los dioses. Una cualidad que le otorga el derecho a proclamarse como genio. Una destreza innata, que unos desarrollan más que otros, y que le proporciona todo lo necesario para poder cambiar el curso de la historia una y otra vez a través de los siglos. Y esta característica propia no es otra, que la capacidad humana de CREAR. Crear para poder avanzar y soñar con nuevas posibilidades, nuevas metas que nos empujen hacia un nuevo horizonte y nos inviten a romper las barreras mentales de una época o circunstancia histórica determinada. Y esta capacidad, tan única y potente, se encuentra al alcance de cada uno de nosotros y lograrla es sólo cuestión de lanzarse y probar, de experimentar, de equivocarse, aprender y volver a tentar a la suerte aplicando lo aprendido.
Haz algo más y di algo menos
Con el año recién iniciado es momento de marcarse metas, de buscar diez propósitos para terminar haciendo uno (con suerte), de sentir que tienes todo el tiempo por delante y la energía suficiente como para comerte el mundo, un año más. A riesgo de realizar un esfuerzo en balde, este año hay que sumar el desconcierto que genera el 2012 y toda la teoría que lo acompaña entre mayas, calendarios, finales apoteósicos, meteoritos y revoluciones. Como si el fin del mundo no lo estuviésemos viviendo ya desde hace algunos años… De hecho, seguro que dentro de algunas décadas, cuando se estudie nuestra época, los libros narrarán un cambio de era, una revolución interna a escala global, un salto de dimensión de la que no somos del todo conscientes mientras sucede, lenta y silenciosa, en nuestro día a día, pero todo esto es tema de otro post. Sin embargo, lejos de teorías conspiranoicas o de mensajes positivos gratuitos, me propongo romper una lanza en favor del 2012 como el año de la acción, no sé si por necesidad personal, o por aquello de poder quebrar de una vez la cáscara del huevo que cada día nos oprime más y más a los que, sin más ánimo que el de intentar afrontar una situación descorazonadora y salir adelante, buscamos contagiar un optimismo suicida.
De telebasura a teledroga
Hace tiempo que le vengo dando vueltas a una teoría. Una macabra, conspiranoica y desgraciada teoría de la que cada vez estoy más seguro. Y no, no es ninguna novedad, no voy a descubrir nada nuevo, ni mis palabras van a parecer un mensaje del más allá. Seré claro, directo y simple: el siguiente paso de la telebasura es la teledroga. ¿Y en qué consiste la teledroga? En añadirle una pizca de componentes adictivos a la ya de por sí destructiva telebasura para amplificar sus efectos y terminar de convertirla en una autiéntica arma de destrucción mass-iva.
Olvídate del resto y sé feliz
A veces, en la vida, nos empeñamos en llenar nuestro tiempo con cosas que no nos hacen felices. Sentimos la urgencia de llenar nuestras agendas como si tenerla más ocupada fuera siempre el resultado de ser más importante. Olvidamos que las reuniones o los consejos de administración no marcarán el devenir de nuestro espíritu ni de nuestras emociones profundas. Olvidamos que las últimas noticias de la prensa o la televisión no nos enseñarán a ser más felices. Olvidamos, en definitiva, que la vida es otra cosa. Read more
Arquitecto de tu futuro
Cada día creo más firmemente en que existe una relación evidente entre la arquitectura y todo lo que existe en el mundo -en general-, y en el mundo de los negocios -en particular-. Tanto es así, que la arquitectura puede usarse como metáfora para casi cualquier proceso acerca de la vida de una empresa. Desde trazar los planos que sirvan de guía para el diseño de algo, establecer los cimientos, o utilizar los mejores materiales, hasta lo más próximo al concepto de «burbuja» que tan bien encaja en ambos mundos: el inmobiliario y el de los negocios, especialmente los relacionados con internet. Tal vez por este motivo -y porque como decía un gran profesor mío ‘los arquitectos y los creativos publicitarios son seres de una misma y extraña especie’, mi vinculación y admiración hacia el mundo de la arquitectura es tal, que sin lugar a dudas ha venido a convertirse en una de mis vocaciones frustradas. Read more