Ha llegado tu turno. El destino, la vida, el cosmos o como quieras llamarlo, ha querido que éste sea tu momento. Que saques todo tu potencial y dejes aflorar la verdadera pasión que sientes bien adentro. Esa que cada noche, justo antes de dormir, te lleva a imaginarte disfrutando de una vida totalmente nueva. Esa que hace que te veas siendo dueño de tu propio destino, asombrando al mundo con tu talento, aunque durante mucho tiempo lo hayas mantenido oculto.
Startups
Tu idea SÍ que vale, y mucho.
Si te consideras emprendedor, te mueves por los círculos de este fascinante mundo, o te gusta estar al tanto de lo que sucede en el universo de la creación de empresas y el lanzamiento de proyectos, seguramente habrás leído en más de una ocasión que las ideas no valen nada. Tal vez, si has sido muy afortunado, podrás haber llegado a, como mucho, leer que las ideas valen muy poco. Y hoy quiero desmentir esa postura, abogar por las -buenas- ideas y argumentar mi postura. Pero antes, pongámonos en situación…
Pensar haciendo: la importancia del primer paso
La velocidad a la que las cosas suceden, se conocen y se comentan en el mundo actual es tremendamente más vertiginosa de lo que lo era hace apenas una década. El «está pasando» ya no tiene sentido si no va seguido del «…y se lo estamos contando» y pocas cosas se vuelven más evidentes que la caducidad de un periódico de papel, ya no al día siguiente, sino en el mismo instante posterior al que las rotativas que lo han hecho nacer se detienen una vez concluido su trabajo nocturno. Y en este nuevo paradigma en el que el análisis se reduce al tiempo que tarda el siguiente «twitt» en aparecer en tu «timeline», el verbo pensar ya no es una invitación a la reflexión y al distanciamiento crítico, sino más bien una suerte de ley que te obliga a actuar y a hacerlo, además, lo más rápido posible. Pensar es hacer y hacer, además, rápido.
Una Startup llamada vida
Son tiempos «nuevos», extraños, complejos, olvidados-aunque-ya-vividos, difíciles… interesantes. De pronto, parece como si la Tierra hubiese comenzado a girar alrededor de otro astro que en lugar de luz, calor y vida, sólo aporta tenebrosidad, frialdad y muerte, sea ésta en forma literal o figurada (léase muerte de lo establecido, muerte del empleo, muerte de lo permanente, muerte del estado de bienestar, muerte de la confianza, muerte de lo [ponga aquí su indignación propia]).