Ha llegado tu turno. El destino, la vida, el cosmos o como quieras llamarlo, ha querido que éste sea tu momento. Que saques todo tu potencial y dejes aflorar la verdadera pasión que sientes bien adentro. Esa que cada noche, justo antes de dormir, te lleva a imaginarte disfrutando de una vida totalmente nueva. Esa que hace que te veas siendo dueño de tu propio destino, asombrando al mundo con tu talento, aunque durante mucho tiempo lo hayas mantenido oculto.
Innovar
De emprendedores y causas
Si hay algo por lo que las tardes de verano se hacen un poco menos pesadas es por el maravilloso tiempo que de pronto encuentras para poder saborear unas cuantas páginas del último libro que cayó en tus manos. De hecho, habrá estudios al respecto, pero parece que las Navidades deben ser la época del año en la que más libros se venden, mientras que el verano debe ser la época del año en la que más libros se leen. Y es que pocas cosas hay más placenteras que encontrar una de esas frases lapidarias que se hallan buceando entre las páginas de un buen libro, dejarte llevar por ella y alzar al vista al cielo azul para reflexionar sobre su contenido y significado. Frases, como la que hoy origina la reflexión de este post:
«Si cada uno de nosotros barriera la puerta de su casa, este mundo sería un lugar limpio». (Madre Teresa de Calcuta).
De la zona de confort, a la zona de emoción
Siempre se ha dicho que el ser humano es un animal de costumbres. Que es más fácil destruir cien hábitos que crear uno nuevo. Que las manías no las curan los médicos. Que somos los únicos capaces de tropezar dos veces con la misma piedra. Y seguramente es cierto. Sin embargo, lo que no se suele escuchar tanto a pesar de que tiene la misma relevancia que la sentencia anterior es que, además de ser animal de costumbres, el ser humano es animal de fácil «acostumbre» y eso, en los tiempos en los que nos ha tocado vivir, puede ser un verdadero peligro.
Pensar haciendo: la importancia del primer paso
La velocidad a la que las cosas suceden, se conocen y se comentan en el mundo actual es tremendamente más vertiginosa de lo que lo era hace apenas una década. El «está pasando» ya no tiene sentido si no va seguido del «…y se lo estamos contando» y pocas cosas se vuelven más evidentes que la caducidad de un periódico de papel, ya no al día siguiente, sino en el mismo instante posterior al que las rotativas que lo han hecho nacer se detienen una vez concluido su trabajo nocturno. Y en este nuevo paradigma en el que el análisis se reduce al tiempo que tarda el siguiente «twitt» en aparecer en tu «timeline», el verbo pensar ya no es una invitación a la reflexión y al distanciamiento crítico, sino más bien una suerte de ley que te obliga a actuar y a hacerlo, además, lo más rápido posible. Pensar es hacer y hacer, además, rápido.
Una Startup llamada vida
Son tiempos «nuevos», extraños, complejos, olvidados-aunque-ya-vividos, difíciles… interesantes. De pronto, parece como si la Tierra hubiese comenzado a girar alrededor de otro astro que en lugar de luz, calor y vida, sólo aporta tenebrosidad, frialdad y muerte, sea ésta en forma literal o figurada (léase muerte de lo establecido, muerte del empleo, muerte de lo permanente, muerte del estado de bienestar, muerte de la confianza, muerte de lo [ponga aquí su indignación propia]).
La travesía del desierto del emprendedor
Todo ocurre por algo. Cuatro palabras que en apariencia dicen poco, pero que sólo los que las padecen saben que esconden un enigma poderoso. Un misterio que nos mueve de la desesperación absoluta hasta la serenidad aparente cuando logramos comprender que incluso lo presumiblemente más aleatorio responde a una ley tan simple como inequívoca: toda causa tiene su efecto y todo efecto proviene de una causa. Corren tiempos complejos, en los que si algo brilla por su ausencia son las certezas y, por el contrario, nadamos entre ríos de inseguridades y la inestabilidad se apodera de nuestro quehacer cotidiano en el plano profesional y personal. Lo que antes sirvió, hoy se traduce en esfuerzo inútil, mientras surgen nuevos retos que solventar a diario. Sin embargo hay lugar para la esperanza, espacio para la creación y determinación por cambiar las normas. Sólo es cuestión de volver a las cuatro palabras del principio: «Todo ocurre por algo». Pero… ¿por qué?
Es tiempo de crear
El ser humano posee una característica que lo hace único y le otorga una capacidad que le aproxima lo máximo posible al mundo de los dioses. Una cualidad que le otorga el derecho a proclamarse como genio. Una destreza innata, que unos desarrollan más que otros, y que le proporciona todo lo necesario para poder cambiar el curso de la historia una y otra vez a través de los siglos. Y esta característica propia no es otra, que la capacidad humana de CREAR. Crear para poder avanzar y soñar con nuevas posibilidades, nuevas metas que nos empujen hacia un nuevo horizonte y nos inviten a romper las barreras mentales de una época o circunstancia histórica determinada. Y esta capacidad, tan única y potente, se encuentra al alcance de cada uno de nosotros y lograrla es sólo cuestión de lanzarse y probar, de experimentar, de equivocarse, aprender y volver a tentar a la suerte aplicando lo aprendido.
Innovación para nuevos tiempos
Que vivimos tiempos tan extraños como apasionantes creo que ya nadie se atreve a discutirlo. Nadie sensato, vaya. Y ahora que este 2011 que ha estado lleno de noticias importantes en todos los ámbitos (económico, político, cultural, social…) está a punto de decirnos adiós, me resulta interesante hablar de uno de esos conceptos que cada vez coge más fuerza en el panorama empresarial, tan convulso después de unos años complicados. Me estoy refiriendo a la tan pronunciada como no practicada «innovación», pero es que realmente parece difícil pensar en el futuro y poder desligarlo de dicho término, aunque por el momento parece que la mayoría de los empresarios españoles siguen sin darse cuenta. Así que he decidido dedicar las siguientes líneas a hablar desde mi humilde, inexperto, pero apasionado punto de vista, sobre qué es eso de la innovación y, sobre todo, porqué es importante que empecemos a familiarizarnos con este término.
Branding: la realización de los deseos
Branding es una de esas palabras de moda, como innovación, emprendedor o sostenibilidad. Palabras que, de tanto usarlas, acaban desvirtuándose y perdiendo todo su valor y significado, cobrando cierto matiz de palabra multiusos que queda bien en casi cualquier conversación en la que uno quiera parecer interesante. Sin embargo, todos los anteriores son términos cargados de sentido cuando son usados como corresponde. Y a tratar de defender y explicar el valor real del primero de ellos, el Branding, es a lo que voy a dedicar las siguientes líneas.
Arquitecto de tu futuro
Cada día creo más firmemente en que existe una relación evidente entre la arquitectura y todo lo que existe en el mundo -en general-, y en el mundo de los negocios -en particular-. Tanto es así, que la arquitectura puede usarse como metáfora para casi cualquier proceso acerca de la vida de una empresa. Desde trazar los planos que sirvan de guía para el diseño de algo, establecer los cimientos, o utilizar los mejores materiales, hasta lo más próximo al concepto de «burbuja» que tan bien encaja en ambos mundos: el inmobiliario y el de los negocios, especialmente los relacionados con internet. Tal vez por este motivo -y porque como decía un gran profesor mío ‘los arquitectos y los creativos publicitarios son seres de una misma y extraña especie’, mi vinculación y admiración hacia el mundo de la arquitectura es tal, que sin lugar a dudas ha venido a convertirse en una de mis vocaciones frustradas. Read more