Si hay algo por lo que las tardes de verano se hacen un poco menos pesadas es por el maravilloso tiempo que de pronto encuentras para poder saborear unas cuantas páginas del último libro que cayó en tus manos. De hecho, habrá estudios al respecto, pero parece que las Navidades deben ser la época del año en la que más libros se venden, mientras que el verano debe ser la época del año en la que más libros se leen. Y es que pocas cosas hay más placenteras que encontrar una de esas frases lapidarias que se hallan buceando entre las páginas de un buen libro, dejarte llevar por ella y alzar al vista al cielo azul para reflexionar sobre su contenido y significado. Frases, como la que hoy origina la reflexión de este post:
«Si cada uno de nosotros barriera la puerta de su casa, este mundo sería un lugar limpio». (Madre Teresa de Calcuta).
Un lugar limpio. Un mundo mejor. Una sociedad más justa, unida y consciente. El anhelo de la Madre Teresa de Calcuta se reduce a ese ímpetu que ha movido a tantas personas a lo largo de la historia de la humanidad y que, sin embargo, y aún siendo tan sencillo de comprender y recordar, es tan poco visible hoy en día. Un leitmotiv que no es más que la sencilla búsqueda por dejar el mundo mejor de como lo encontraste a tu llegada. De ser coherente y responsable contigo mismo y con tu entorno. Pero la época en la que nos ha tocado vivir, parece que se aleja de esos ideales, al tiempo que los valores se resquebrajan y la decadencia cultural, política y social se alzan entre una masa adormecida y vencida por el fastfood y la telebasura.
Sin embargo, siempre hay lugar para la esperanza y siempre hay una causa por la que entregar tu vida o, al menos, a la que dedicar una parte de tu tiempo. Y es aquí donde la sentencia de la Madre Teresa de Calcuta cobra fuerza. Porque si, efectivamente, cada uno de nosotros se encargara de ser consciente de la realidad, responsable de sus actos, consecuente con sus valores e ideales, valiente y firme con sus creencias, entregado y apasionado con sus quehaceres, o comprometido con la idea de un mundo mejor, acabaríamos por avanzar y lograr aquello de dejar el mundo mejor de como lo encontramos. Y esa es y debe seguir siendo la meta de cualquier persona, pero en concreto de cualquier emprendedor: luchar por cumplir sus sueños y por recorrer un camino que lleve hacia el progreso del ser humano y del planeta en el que habita. Ser capaces de comprometerse con su idea y llevarla a cabo sabiendo que si cada uno se encarga de su parcela, parcela a parcela irán creando un mundo mejor, con nuevas posibilidades, nuevos paradigmas y nuevos protagonistas. Un mundo en el que caigan las viejas y malas costumbres y se alce un nuevo sistema de valores basado en el ser humano y su dignidad, dejando atrás modelos obsoletos y cargados de vicios y deshonras.
Así que hoy te invito a coger la escoba, salir a tu rellano y barrer el pedazo que te corresponde y un poco del de tu vecino. O, lo que es lo mismo, preocuparte de ti, de tus negocios y proyectos, pero sin olvidar entretanto echar una mano a quien tengas cerca. Multiplica esa opción por los casi siete mil millones de personas que habitamos este maravilloso pero maltrecho planeta, y no sólo estaremos haciendo feliz a la Madre Teresa de Calcuta, esté donde esté ahora mismo, sino que estaremos caminando en la dirección de hacer de este un lugar mejor para todos.
Life Vest Inside – Kindness Boomerang from Orly Wahba on Vimeo.